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Técnica para conocer el origen de tu apellido

La búsqueda del origen de nuestro apellido es una tarea que nos otorga un contacto directo con
nuestras raíces y ancestros. Para los nacidos en España y en la América hispanohablante, saben lo
fácil que es encontrar apellidos compartidos por miles de personas.
Pero esta labor tampoco es imposible y en este artículo te daremos una práctica guía para que
conozcas el origen de tu apellido.


1. Identifica tu tipo de apellido
Existen diversos tipos de apellidos que fueron adoptados por nuestros ancestros por diversas
razones. Estos contienen información que nos puede resultar valiosa en nuestra búsqueda. Aquí
tienes los distintos tipos de apellidos:
A. Apellidos toponímicos: estos derivan de una localidad, región o de algún hito geográfico
particular en donde hacían vida nuestros ancestros. Como ejemplo tenemos los apellidos:
Ríos, Colina, Arroyo, Molina, etc.
B. Apellidos patronímicos: provienen de una raíz de nombre propio. En España se le aplicaba
en muchos casos la desinencia “oz” o “ez” que significan “hijo de”. Por ejemplo tenemos
Fernández (hijo de Fernando), Rodríguez, Muñoz, González, etc., otros casos como Alonso,
pasaron sin cambio alguno cuando se usó como apellido.
C. Apellidos descriptivos: estos denotaban alguna característica física, de personalidad o
algún apodo de alguno de nuestros antepasados que se asociaron a su nombre y
simplemente se heredó. Ejemplo de esto son los apellidos Blanco, Rojo, Moreno, Cabeza,
Aguado, Alegre, etc.


D. Apellidos de oficio: estos se asocian al oficio de uno de nuestros ancestros, lo que vinculo
a él y su estirpe. Labrador, Guerra, Guerrero, Pastor, Herrero, Molinero, etc.
E. Apellidos castellanizados: estos son apellidos que provenían de otros lugares y que luego
se adaptaron a la fonética castellana Manzur, Cumana, Otero, Mourillo, Bolívar, Fagúndez,
etc.
2. Lleva un registro de los nombres y filiación entre tus ancestros
Esto es clave para ir reconstruyendo tu árbol genealógico. De hecho cobra mayor importancia
gracias a que los nombres, en especial si estos son poco comunes, te sirven para rastrear a tus
ancestros más fácilmente.
A esto debes sumar los vínculos que vayas encontrando como si eran, hermanos, hijos, conyugues,
etc. En muchos casos muchos registros señalan a las personas, si el caso lo amerita, como viuda o
viudo de “x” persona.
3. Está atento a descriptores como los oficios, fechas de nacimiento,
matrimonio y defunción.

En casos donde los apellidos son muy comunes y los nombres e repiten, algunas veces los
registradores incluían el oficio de la persona. Esto es una pieza de vital información porque
permite diferenciar a dos personas completamente distintas pero de igual nombre.
Si estas sondeando registros parroquiales los datos de nacimiento /bautizo, matrimonio y
defunción son también importantes. Estos datos permiten determinar el tiempo en el que vivieron
nuestros ancestros, así como posibles relaciones filiales.
4. Apóyate en internet
En la gran red puedes encontrar muchísimas páginas y aplicaciones dedicadas al rastreo de
apellidos que te facilitarán la búsqueda de los orígenes del tuyo. Muchas de estas páginas
permiten seccionar la búsqueda por regiones, periodos de tiempo, países, etc.